Microrrelato: «Interna 24 horas»
Un trabajo de ensueño, alojamiento, comida, luz y agua e internet incluido. A cambio solo tengo que preparar la comida, mantener la casa, hacer compañía, algún recado y pasear.
Todas mis necesidades básicas cubiertas y además el domingo lo tengo libre.
No mucho tiempo después descubrí la realidad de las trabajadoras internas. El alojamiento es una cama supletoria a los pies de un anciano dependiente, ya no tengo intimidad, la demencia no tienen horario.
Preparar la comida significa cumplir los gustos de toda la familia, siempre está el canal de cocina española de fondo, es importante para mí que el abuelito no añore su comida. En mi país todo el mundo me felicitaba por mi cocina, aquí parece que en nada cumplo las expectativas.
De pequeña quería ser médica, nunca pensé que se haría realidad. Agradezco los videos de internet que me han ayudado a saber cómo atender a una persona postrada en una cama. No sabía cómo enfrentarme a daños físicos así, informé de la situación, de mi inexperiencia y la necesidad de atención de alguien cualificado para ello.
Ahora entiendo lo que quiere decir interna 24 horas.
Mariana de Colombia
